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La alegría refleja la salud del
alma de todo ser. Perderla equivale a quedarse sin alma, sin la energía que
ilumina y enriquece, que recepciona y acoge la riqueza del otro.
(La vida) Cuando se comprende que
la vida es camino, entonces ha comenzado la vida, porque creer que es un estado
es un error que conduce a grandes desengaños.
(El sentido para vivir) El motor
de la vida depende del sentido que se le impregne. Eso, más que una decisión,
es una construcción diaria; al punto que más que vivir se trata de “para que se
vive”.
(El culmen) El culmen de nuestro
trabajo es la construcción de nuestra existencia…, no alcanzar aquello es
quedarse en el camino, así sea ahogado en bienes materiales.
(La política) Cuando el ejercicio
de la política se convierta más en trabajo que en hablar, entonces veremos el
florecimiento de nuestros pueblos que hoy se ven más bien utilizados que
servidos.
(El respeto) Las creencias de
cada quien son respetables…, pero también cada quien ha de respetar las de los
otros; lo cual, por desgracia, cuando no
sucede da paso a la tensión que no tarda en convertirse en violencia.
(Los buenos días) Un “buenos días
bien dicho” es más que suficiente para generar energía, vida, amor,
entusiasmo…, como también, mal dicho, genera lo contrario. Todo ser vivo lo que
más tiene es su sensibilidad al aprecio como al menosprecio.
(Perseverar) La perseverancia
vale más que la prisa. Para perseverar se requiere del carácter, la constancia,
la paciencia y un buen plan que oriente y evite desaciertos.