lunes, 21 de noviembre de 2011

"TU PUEDES SANAR TU VIDA" (película)


Cada día tiene su propio afán, y la vida debe tener objetivos claros.

Esto nos ayudará a no caer jamás en el ocio (padre de los vicios).

Una vez que comprendemos que lo más valioso es el TIEMPO (más que el dinero por ejemplo), nos encargaremos de no perderlo por ningún motivo. Valorar el tiempo es valorar nuestra vida que tiene su propio tiempo.

Y así como procuraremos no perder nuestro tiempo, también evitaremos hacérselo perder a los otros.

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Todos los días y todo el tiempo, en la familia, tenemos que incentivar, practicar, dar ejemplo de la COMUNICACIÓN, de manera que aprendamos a usar la palabra, los gestos y las emociones adecuadamente.

Adecuadamente significa que logremos una excelente comunicación de nuestros pensamientos, emociones y sentimientos; y al mismo tiempo NO dañemos al otro, a los otros.

La buena comunicación es un arte.

jueves, 17 de noviembre de 2011


No crees que ya “basta” de pedir….

Y dar paso a ¡la “acción de gracias”!

Gracias por los que hoy están entrando en la vida;

Y gracias por quienes están terminando su tiempo de vida en esta forma de vida.

Gracias por el tiempo de vida que se ha tenido.

Lo importante no es el tiempo de vida que uno tenga,

Sino la CALIDAD DE VIDA que lleve en ese tiempo.

Esto debemos aprenderlo en la familia.

lunes, 14 de noviembre de 2011


Aprendamos a observar sin juzgar. A formarnos nuestras opiniones con información suficiente. Practiquemos no deslegitimar a nadie. ¿Por qué quienes somos nosotros? ¿En base a qué descalificamos?
Aprendamos a manifestar nuestros diferentes puntos de vista e incluso decisiones, pero con respeto, e incluso, humildad. Generalmente no estamos seguros el cien por ciento de estar en la verdad, y proceder respetándola. Y esto, además, debiéramos manifestarlo, porque el otro/a es persona como uno que tiene su propia sensibilidad. En la familia seamos cuidadosos en formar personas amables y sensibles del valor del otro.
jlf

domingo, 13 de noviembre de 2011

No hay ningún tiempo ni espacio inútil; o sea, no hay tiempo ni espacio que desperdiciar. Lo más valioso de que disponemos es ambas realidades. Aprovechemos el tiempo y el espacio al máximo; y siempre con formas de vida y de promoción de la vida propia y de los otros. 

En la familia aprendemos que cada momento es único e importante. Depende de nosotros que lo valoricemos y lo revistamos de la importancia que tiene. Si nosotros estamos llenos de vida, motivados, con metas y objetivos claros, entonces también seremos ejemplos de comunión e iniciativas. Jamás demos espacio al aburrimiento, al ocio, al desánimo.